Mientras sus lágrimas goteaban por sus mejillas alzaba la
vista al cielo tapándose los ojos con ambas manos. Los gritos ahogados se
escapaban a través de su llanto. De fondo se escuchaba una tierna melodía a
piano, era un tempo alegre con una letra que invitaba a soñar. Pero ella ya no
podía soñar. La tristeza le calaba hasta los huesos, le consumía poco a poco
como una llama consume la cera.
Intentaba con todas sus fuerzas silenciar esos pensamientos
que la perturbaban día y noche. Esos que le susurraban sobre la insatisfacción
con la vida, el futuro desesperanzado, y sobre lo decepcionada que se sentía
consigo misma.
La vida siempre le resulto como una carrera sin fin. Otras
veces también se había cansado y había
necesitado lo que llaman un break time para poder coger más aire, más fuerza
para llegar a todas esas metas que se había impuesto y de la cual siempre surgían
numerosos obstáculos que había superado con éxito. Aquellos tiempos oscuros
parecían ahora mejores, pues ahora sentía que el tiempo la había atrapado, que
las horas pasaban velozmente a su alrededor sin poder congelar un tiempo para
descansar. Para expulsar esos pensamientos y emociones que se le clavaban en lo
más profundo del pecho, y que de vez en cuando incluso no le permitían respirar.
De repente empezó a llover. Sin moverse, dejó que la lloviese
disipase las lágrimas de sus mejillas. Abrió los ojos y le preguntó a la lluvia
si algún día dejaría de llorar. Si quizás existía algún tope o sí el agua se
podría limpiar su mente de todos aquellos pensamientos negativos. No obtuvo
respuesta en el silencio de la noche. Tras ese breve instante se puso a
cubierto. Pero ya había abierto el cajón de las interrogaciones que asomaban su
interior. ¿Quién podría querer a alguien con interior lleno de tristeza? ¿Quién
querría secar sus lágrimas mientras le susurra que todo iría bien? ¿Quién le
daría un beso de buenas noches sin pedirlo y le silbaría un te amo con la
mirada?
Caminaba con los ojos clavados en los charcos de la acera.
Vio su reflejo en uno de ellos y se detuvo un instante.
¿A caso era posible no sentirse solo en un mundo tan inmenso?