lunes, 5 de marzo de 2018

¿A caso era posible no sentirse solo en un mundo tan inmenso?

Mientras sus lágrimas goteaban por sus mejillas alzaba la vista al cielo tapándose los ojos con ambas manos. Los gritos ahogados se escapaban a través de su llanto. De fondo se escuchaba una tierna melodía a piano, era un tempo alegre con una letra que invitaba a soñar. Pero ella ya no podía soñar. La tristeza le calaba hasta los huesos, le consumía poco a poco como una llama consume la cera.
Intentaba con todas sus fuerzas silenciar esos pensamientos que la perturbaban día y noche. Esos que le susurraban sobre la insatisfacción con la vida, el futuro desesperanzado, y sobre lo decepcionada que se sentía consigo misma.  
La vida siempre le resulto como una carrera sin fin. Otras veces también se había cansado y  había necesitado lo que llaman un break time para poder coger más aire, más fuerza para llegar a todas esas metas que se había impuesto y de la cual siempre surgían numerosos obstáculos que había superado con éxito. Aquellos tiempos oscuros parecían ahora mejores, pues ahora sentía que el tiempo la había atrapado, que las horas pasaban velozmente a su alrededor sin poder congelar un tiempo para descansar. Para expulsar esos pensamientos y emociones que se le clavaban en lo más profundo del pecho, y que de vez en cuando incluso no le permitían respirar.  
De repente empezó a llover. Sin moverse, dejó que la lloviese disipase las lágrimas de sus mejillas. Abrió los ojos y le preguntó a la lluvia si algún día dejaría de llorar. Si quizás existía algún tope o sí el agua se podría limpiar su mente de todos aquellos pensamientos negativos. No obtuvo respuesta en el silencio de la noche. Tras ese breve instante se puso a cubierto. Pero ya había abierto el cajón de las interrogaciones que asomaban su interior. ¿Quién podría querer a alguien con interior lleno de tristeza? ¿Quién querría secar sus lágrimas mientras le susurra que todo iría bien? ¿Quién le daría un beso de buenas noches sin pedirlo y le silbaría un te amo con la mirada?
Caminaba con los ojos clavados en los charcos de la acera. Vio su reflejo en uno de ellos y se detuvo un instante.

¿A caso era posible no sentirse solo en un mundo tan inmenso?