CAPITULO
PRIMERO: UN NUEVO CASO
Como
todos los días me despertaba en una lujosa habitación de hotel, sin ninguna
compañía a mi lado, pues mi trabajo me hacia viajar de acá para allá, está era la
dura vida de una famosa detective privada. Uno de mis recientes éxitos como tal
en Nueva York, me había causado la expansión de mi fama como detective fuera de
Eurasia –puesto que nunca había trabajado fuera de esta zona– El caso no era
muy complicado, lo de siempre, un macabro asesinato de un viejo rico, sin duda
uno de sus familiares lo había asfixiado hasta causar la muerte a éste. La pega
era que lo habían hecho con una complejidad increíble, tanto que parecía que un
fantasma lo hubiese asesinado, pero la mente criminal no podía compararse con
una mente como la mía. A pesar de mi juventud –apenas veinticuatro años– ya había resuelto más de veinte casos que la
policía había dado por cerrados. Por este motivo mi salario ascendía tanto como
mi fama. Y aunque nunca me gustó trabajar para millonarios desgraciados, solo ellos
podían pagar mis servicios, la verdad es
que ningún caso de los que había llevado hasta ahora podía representar un gran
reto para mí, salvo aquel primer caso en Francia, que al ser el primero me
costo unos meses resolverlo. Pero gracias a Patrick –mi queridísimo hermano–
pude solucionarlo.
Patrick
mi hermano mellizo, siempre me había acompañado a casi todos mis viajes, jefe
de la brigada criminalística en la ciudad de California, vivía en un loft del
centro, un chico moderno, que siempre iba a la moda, y al igual que yo, siempre
de aquí para allá y desde hacía algún tiempo, se había convertido, en mi mano
derecha en algunos de mis casos.
Era
un chico extremadamente delgado, con el pelo muy moreno, perfectamente y
meticulosamente alborotado, tenía unos ojos color miel muy expresivos, tanto
que solo me hacía falta mirarle para saber lo que estaba pensando. Era algo
inseguro, por lo que nunca había tenido –al igual que yo– ninguna relación
duradera.
Me
levante de mi cómoda cama de la suite del gran hotel “Palace” de Madrid, para
vestirme y coger un avión con destino a Polonia, allí, un viejo ricachón (para
que variar) necesitaba mis servicios, después del asesinato de su esposa. Yo
era una chica despreocupada, no me interesaba para nada el amor, y no, nunca me
había enamorado realmente, tan solo me dejaba llevar, a veces, en alguno de mis
viajes, por la pasión del momento, como aquellos felices momentos en Florencia,
con uno de mis “novios” Marco. Pero no, no me interesaba el amor, mi carrera subía
como la espuma, y mis inversiones cada vez más ascendían de un modo vertiginoso.
A pesar de mi afán un tanto avaricioso gran parte de la fortuna que ganaba iba
destinados a obras de caridad, pues a mi, no me hacia falta tanto dinero, solo
el suficiente para alojarme en grandes hoteles, y más o menos subsistir en una
vida de riqueza, lo cual todo el dinero que nos sobraba a Patrick y a mí, era
entero y absolutamente para cuentas bancarias en algunas de mis pequeñas fundaciones
en China, y Kenia además de la colaboración en diversas ONGs medioambientales. Me
mire en el espejo había descuidado un poco mi largo pelo castaño claro, que hacían
relucir mis ojos verdes, –sí la verdad es que a pesar de ser hermanos, en el físico,
Patrick y yo, nos parecíamos muy poco–
Me crují los nudillos (manía que había cogido en el instituto y que
desde entonces no pude quitarme) y me dispuse a vestirme de color negro como
siempre, no sé que tenia ese color que me atraía, al igual que el rojo, por
tanto no era raro que alguien me viese vestida con prendas de esos colores. Cogí
mi móvil, y mis pertenencias y salí apresurada del hotel, allí en el aeropuerto
fue relativamente fácil el conseguir un billete para un vuelo privado a
Polonia, sobre todo con una cartera tan llena como la mía.
Ya
en el avión, me dispuse a releer las
anotaciones que me habían indicado, acerca del extraño crimen.
Mujer. 58 años, hallada en una gran mansión al
sur de Varsovia.
La fallecida presentaba marcas en su muñeca.
No había nada a su alrededor ni huellas ni rastro
de alguna otra persona.
La puerta se hallaba cerrada por dentro.
Primer acta: Asesinato
(descartado)
Segundo acta: Suicidio
(descartado)
Tercer acta: Muerte Natural (afirmado)
Algún que otro casquillo encontrado a lado del
cuerpo, sin embargo la fallecida no fue asesinada por un disparo.
Casquillos: calibre 23.
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Acta forense:
El cuerpo mostraba señales de fuerza en ambas
muñecas, contusión en la cabeza por la fuerte caída.
Cusa de la muerte --> Desangramiento
Era
particularmente extraño que habiendo casquillos en el suelo, la mujer no fuese
asesinada con ellas… tampoco había huellas de ninguna otra persona en aquella
habitación salvo las habituales en aquella casa…lo que me hizo sospechar de que
el crimen no lo había cometido alguien ajeno a la casa, si no todo lo
contrario. ¡Ups!, se me pasaba ese detalle, ¿cómo supe que era un asesinato y
no muerte natural como el acta forense indicaba? Los forenses siempre tienden a
lo más sencillo. Por eso pedí una segunda autopsia, que finalmente me rebeló la
causa de la muerte.
Segunda Autopsia:
Se encontraron restos de residuos tóxicos en el
organismo de la fallecida, esto causo que el fluido de sangre se aumentara, y
posteriormente una grave parada cardiorespiratoria le hizo perder el
equilibrio y acabo finalmente con su
vida. El golpe en la cabeza se lo propino instantes después de que el corazón
se le parase.
Causa de la muerte --> Fallo cardiaco por Envenenamiento
*((posteriormente desangramiento del cuerpo
fallecido))
Este
acta se acoplaba mejor a los hechos que el anterior, una de mis preguntas fue
-¿Cómo podía el marido saber que el primer acta forense estaba equivocado? ¿A
caso había algún motivo para que quisieran asesinar a la señora Sobieski? Doble
las actas y las guarde en mi carpeta, tenía sueño así que me recosté un rato en
mi asiento mientras las ideas me surgían.
Al
llegar al aeropuerto de Varsovia me estaba esperando mi hermano Patrick. Le di
un fuerte abrazo y dos besos, estaba tan cambiado desde la última vez que lo
vi…ahora se había puesto el pelo totalmente liso y hacía un lado de la cara,
(según él, eso era el ultimo grito en USA) sus ojos tan expresivos como siempre y su
delgadez era la único que no habían cambiado, aunque ahora iba más formalmente
vestido. La mansión de los Sobieski estaba a una hora del aeropuerto, mientras
llegábamos Patrick me contó algunos detalles más sobre el caso y sobre todo de
su vida.
Me
contó como era su última conquista, “Emily” al parecer estaba locamente
enamorado de ella, y no tenia nada que ver con sus otros ligues de una semana o
de una noche. Emily trabajaba como doctora en el hospital *** de los
Ángeles, se conocieron después de que
Patrick tuviese un pequeño accidente de trafico, en el cual su precioso
descapotable había muerto. Según me contó Patrick todo fue un flechazo y poco a
poco ambos se fueron cautivando el uno al otro.
Patrick también me contó, cosas sobre la familia
Sobieski. Se sabía que era una de las mejores familias de toda Polonia, tenían
grandes negocios, y una inmensa fortuna bien guardada en una cuenta en Suiza.
Al parecer el matrimonio Sobieski era una pareja feliz, con tan solo dos hijos
Vladimir y Elena, de treinta y pocos y veinticinco años correspondientemente.
Elena Sobieski hacia poco que había acabado sus estudios, pagados por sus
padres, y ahora trabajaba como directora
y jefa arquitecta en una reciente empresa que la familia Sobieski había creado.
Por otra parte Vladimir, era la mano derecha de su padre en todos los negocios
familiares. Patrick también me contó que según la doncella de Los Sobieski,
Elena y su madre tuvieron una reciente pelea. Tres días después de esto fue
hallado su cuerpo. Curioso ¿no? A partir de aquí mi principal sospechosa seria
Elena. Aunque nunca se puede descartar a nadie cuando se trata de una
asesinato.
Y por fin llegué a la mansión Sobieski. Era una gran
casa de cuatro plantas y de gran extensión, la rodeaba un precioso jardín. El
vestíbulo de la mansión no era para menos, era todo lo que se puede exigir en
lujo y estilo.
En la casa pude conocer al Sr. Sobieski, y a sus
hijos, Elena y Vladimir, el cual me pareció muy simpático.
-Nota mental: los simpáticos siempre esconden algo
tras su sonrisa-.
Al parecer la habitación estaba como decía en el acta,
cerrada por dentro.
-¿Se
oyeron disparos? -Pregunte mientras rodeaba la habitación.
-No
ninguno, no se oyeron ruidos. Estábamos en la sala de billar mi padre y yo, cuando
la doncella nos aviso de que no podía abrir la puerta y mi madre no respondía.
– Me contestó Vladimir con un tono un tanto quebrado.
-Podría haber utilizado silenciador ¿no Patrick? -Me dirigí
esta vez a mi hermano.
-No lo creo, ese tipo de casquillos son comunes en armas
como revólveres, no muy grandes, poco pesados de cinco balas o similar, a las
cuales no se les puede encajar un silenciador. Aunque también puedo
equivocarme.
-Tu nunca te equivocas… eso quiere decir que tiro los
casquillos adrede. –Le dije con una agradable sonrisa.-Contusión, muñecas marcadas…
Patrick ponte aquí.
El obedeció y yo empecé a simular el crimen.
-¿Que hacia la señora Sobieski a esta hora? – Le
pregunté a la doncella.
-Nada en particular, subió a maquillarse un poco para
después bajar a acompañar al señor Sobieski y su hijo. –Contesto la doncella
con una voz un tanto quejosa.
-¿Y por que cerro entonces por dentro? –Deje esta
pregunta al aire- Bien, la señora se hallaba ahí maquillándose cuando X llego
silenciosamente, y cerró la puerta por dentro. Probablemente fuese conocido pues
no grito, se puso en pie, y hablaron, ¿Cuánto tiempo estuvo la señora en el
cuarto que ustedes sepan?
-Casi una hora, por eso fui buscarla...
-Forcejearon, la agarro por las muñecas, no, me
equivoco, la agarro por la muñecas después de la caída, le tomaron el pulso tan
fuertemente que la dejaron una marca, no hubo pelea porque la habían
envenenado, es decir, alguien entró la invito a tomar algo ella no desconfió lo
tomo, el/ella se fue y al poco tiempo sufrió el ataque, cayó contra el pico de
la cama y posteriormente se desangró. Después alguien la encontró y le tomo el
pulso horrorizada/o… algo no cuadra… debió llamar a la gente, si la
encontraron. ¿Ustedes le tomaron el pulso?
-No.
-Mmm puede ser que supiera que había sido un
asesinato, entonces quiso darnos a entender que lo había sido pues sin
casquillos, y habitación cerrada no seria tan extraño la caída. ¿Quienes había
en la casa? – Pregunté de nuevo a Vladimir.
-Ya lo he dicho solo la doncella, yo y mi padre.
-Los demás estaban de día libre.
-Ajá día libre a los criados… que típico. – Dije
exaltada.
-Bien,
¿familiares cercanos, amigos, enemigos, ultimas visitas etc.?
-No
señora, en los últimos meses los únicos que pisábamos esta casa éramos la
familia Sobieski, yo, el servicio e Igor. El hermano del señor.
-Mmm...,
¿cuándo fue la última vez que el tal Igor vino?
-Una
semana antes de su muerte fue la última visita.
-Muy
bien quiero interrogar uno por uno a estas personas…
-Señora
el señor Igor, esta de viaje el último día que vino fue para despedirse, esta
en Francia.-Comento de nuevo la doncella.
-Amm...
Bueno haré unas llamadas…
Por
la tarde ya tenía mi buena lista de sospechosos:
Listado de Sospechosos
Elena Sobieski
Vladimir Sobieski
Sr. Sobieski
Doncella de Los Sobieski.
Igor Sobieski
Al
parecer Igor tenia una perfecta cuartada, habría sido imposible que él, estando
en Francia pudiese llegar a Polonia cometer un crimen así y volver a Francia,
sin ser visto, en otro lado que no fuese el casino del hotel de Cannes donde
residía.
La
doncella, tenia una cuartada no colaborada, se suponía que estaba en la cocina
haciendo el té, pero que escucho un ruido fuera sobre la hora de la muerte,
salió para ver lo que ocurría pero al no ver nada, volvió y sirvió el té a los
señores en la sala de billar, después de esto fue en busca de la señora y la
halló muerta. Parece que todo cuadra a no ser que en el tiempo en que salía a
fuera estuviese dentro matando a la señora. Elena no se la vio por la casa
hasta dos horas después de la muerte de su madre. Vladimir que estaba en todo
momento con su padre y ninguno se separo del otro. Esto apuntaba a que la
doncella era la asesina, los motivos simplemente podrían ser que estaba cansada
de obedece a lo caprichos de su ama. Pero ¿quién fue la segunda persona en
visitar a la señora? Después de la doncella interrogué a Vladimir, estaba un tanto
nervioso, la muerte según él le había afectado mucho, pestañeaba sin cesar, y
estaba tembloroso, sin duda, guardaba algún secreto que contra su moral debía
mantener escondido.
-Señorito
Sobieski, ¿e esta ocultando algo? –Sí, así de directa fui con el señorito
Sobieski, siendo él tan descarado en su nerviosismo pensé que la mejor forma
para obtener la verdad era siendo directa. -Por que hacerlo podría convertirlo
en el principal sospechoso de la muerte de su madre ¿lo sabe?
-¿Qué?
¿Cómo? ¡No! No, yo nunca habría podido matar a mi madre… ¿Cómo me cree capaz de
tal atrocidad?
-Señorito
en mi trabajo se ve muchísimos casos como este, y la verdad los asesinos nunca
parecen serlo, se lo aseguro.
-Pues
no, no fui yo, es solo, que…
-¿Qué?
-Pues
me ausente un momento de la sala de billar, fui al baño estuve allí un cuarto
de hora mas o menos... (Por favor no pregunte el que estaba haciendo) al salir
me encontré con la doncella que venía de afuera de la casa.
-Ajá.
¿La colabora entonces?
-Supongo
¿qué ha dicho?
-No
dijo que lo vio usted, pero dijo que salio de la casa.
-Pues
me la encontré y volví a la sala de billar, allí todo estaba en orden.
-Muy
bien, señorito Vladimir.
Volví
a interrogar a la doncella al parecer ambas cuartadas estaban colaboradas, pero
¿sería cierta esa historieta contada por la doncella y
Vladimir?
Patrick
y yo nos quedamos a dormir en la casa de
Los Sobieski. Él había interrogado al Señor Sobieski, que una vez más colaboró
lo que Vladimir había dicho. Más al medio día él pillo “in-fraganti” a Vladimir
besando a la doncella, esto sin duda alguna mostraba el romance que ambos
llevaban en secreto. Esto cambiaba un poco las cosas, estaba claro que Vladimir
no lo había hecho, la doncella podría haberlo hecho en el rato que Vladimir
estuvo en el servicio entonces podría ser la doncella la asesina y Vladimir ¿la
defendía? o... ¿sería al contrario? Y Vladimir en el rato que estuvo en el baño
la mato?... Y siendo así ¿quién sería la otra persona?
Había
muchas intrigas en este caso y muy pocas pistas… lo único que me quedaba eran
las suposiciones e interrogatorios…
Decidí
entonce “creer” a los sospechosos. Y seguí con mi lista.
Listado de Sospechosos
Elena Sobieski
Vladimir Sobieski
Sr. Sobieski
Doncella de los Sobieski.
Igor Sobieski
Elena
Sobieski, no tiene cuartada y no se la vio por la casa, en todo el día antes de
la muerte de la señora Sobieski, era la más extraña e intrigante de todos los
sospechosos y por eso la interrogué mientras paseábamos por los alrededores de
la casa.
La
señorita Sobieski era muy guapa y rebosante de felicidad, aunque su miraba
mostraba una persona solitaria, arisca y un tanto calculadora.
-¿Es
verdad qué discutió con la victima tres días antes de la susodicha muerte?
-Si
es cierto, no me arrepiento, mi madre me estaba poniendo últimamente de los
nervios, quería que me casará con un panoli del este de la ciudad y yo me
negaba rotundamente.
Caminábamos
ahora por el jardín de al lado de la ventana de la habitación de la victima.
-Ajam,
¿volvió a verla después de eso?
-No,
hasta que la vi muerta.
-¿Es
esa la ventana del cuarto de su madre? – yo ya sabía que esa era la ventana
pero quería ver como se desarrolla la conversación a partir de esta pregunta.
-Sí,
es la ventana de la que fue habitación de mi madre.
-Ajá.
Échame una mano, anda. -Le dije y me ayudo a escalar por la estropeada pared
que tenia ladrillos sueltos y llegue hasta la ventana de la señora Sobieski, me
subí con gran destreza al alfeizar, y logré entrar en la habitación, sin duda
el famoso descubridor del crimen subió por ahí.
-¿Qué
a descubierto detective Scott?
-Nada,
oiga ¿usted hace deporte?
-Si.
-¿Podría
decirme cual?
-Hago
de todo un poco...
-Mmm.
Después
de eso interrogué de nuevo a Vladimir pero esta vez le pregunte por los
deportes de Elena.
-Si
práctica desde los ocho años la escalada.
-Ahhh
-¿Esta
sorprendida?
-No
en absoluto, me lo esperaba.
-¿Y
que tiene que ver eso con todo esto?
-Ya
lo vera.
Estaba
claro que ella había sido quién escalo hasta la ventana y por eso me escondió
ese detalle, entonces ella no pudo ser la asesina pues, el asesino entro por la
puerta y no por la ventana. Interrogué de nuevo a Elena y por fin me dijo toda
la verdad.
-Usted
entro por la ventana (ignoro el porque) y se encontró a su madre tirada en el
suelo con un golpe en la cabeza, se arrodillo para ver que le ocurría le tomo
las muñecas en busca de pulso no lo encontraba se estreso, y apretó más fuerte,
se dio cuenta entonces que estaba muerta…y si ella estaba muerta, usted podría
ser la siguiente si decía que alguien la había matado. (O no, no lo sé, no sé
por que lo hizo entonces y no delato al asesino) tenia en la mano su revolver
esparció balas a su alrededor y cerro la puerta por dentro. Bajo otra vez por
la ventana. Eso esta claro, pero mis preguntas son: ¿Por qué no delato al
asesino? ¿Por que no dejo una nota o algo? ¿Y por que se encontraba en el sitio
adecuado en el momento adecuado?
-Señorita
Scott es increíble su capacidad y rapidez de razonamiento. Y le responderé
gustosa si me promete detener al asesino de mi madre.
-Se
lo prometo.
-Bien,
yo estaba furiosa con mi madre, cogí el revolver, subí por su ventana solo
quería darle un susto en venganza a la pelea. Y simplemente no lo delate por que
no estaba segura de quien había sido, no podía dejar una nota por que así pude
descubrir yo misma quien era el asesino.
¿Y
cómo lo sabría?
-Fácil,
detective, ¿quien la llamo, y por arte divino adivino que mi madre no había
muerto de forma natural?
-Su
padre...
-Creía
que así la persona se delataría, y podría silenciarla antes de que contase la
verdad, y después echarle el muerto.
-Interesante...pero
¿por que?
-No
lo se. Eso tendrá que averiguarlo usted.
-Está
bien. Lo haré pillare a su padre.
Al
rato fui inmediatamente a interrogar al señor Sobieski.
-Muy
bien señor Sobieski, parece ser que usted se quedo solo aquí, ¿qué hizo
mientras tanto?
-Nada
me quede aquí calculado la partida.
-¿Parece
que es muy calculador usted no? –Y así empecé a lanzar tiritos al señor
Sobieski para ver cuales eran sus reacciones- Lo digo sin animo de ofender
señor.
El
me miró de forma extraña pero sin perder los nervios y tomando el control de la
conversación.
-Si
se pregunta, por que supe que mi mujer había sido asesinada es muy fácil, ella
no tiene pistola, ni revolver, estaba encerrada en su cuarto, es obvio que algo
raro paso.
-Si,
es verdad no le he puesto en duda eso señor Sobieski, se sabe que participaron
dos personas en ese asesinato
-¿Dos
personas?
-Si,
hubo un cómplice desde fuera de la casa.
-Jajaj
eso es ridículo.
-¿Por
qué lo es?
-No
se, por que eso no parece cosa de dos...
-Pues
si lo fue, el segundo entro por la ventana hizo mucho ruido, al entrar y por
eso la doncella salió de la casa, su hijo fue al baño y después ambos se
encontraron y se quedaron hablando.
Mientras tanto el segundo subía ahora por la ventana. El primero que la
enveneno con el té, volvía a su lugar de inicio. Y mientras la doncella volvía a
la cocina y cogía la bandeja de nuevo el segundo huyó. Después la fallecida se
descubrió.
-¿quién
cree usted que es el segundo?
-No
lo se, pero se quien es el primero.
-¿Así?
¿Quién?
-Usted,
señor Sobieski.
-¿Yo?
Jajaja es una acusación muy grave señorita
-Pero
es la acertada. Usted aprovechando que su hijo se fue al baño y la ausencia de
la doncella cogió el té y se lo llevo a su mujer, hablaron, ella se lo tomo y
usted bajo de nuevo, a ella le dio el infarto mientras usted ya había puesto de
nuevo el te en la cocina y regresaba a
la sala de billar como si nada hubiese pasado. La otra persona entro en la
habitación supo que la habían matado y puso todas esas cosas para que no
pareciera un accidente.
-¿Tiene
alguna prueba, de eso que dice?
-Tengo
un testigo.
-¿Un
testigo?
-Sí
la segunda persona. Lo vio.
-Será
su palabra contra la mía.
-Pudo
ser esa persona quien la matara.
-Pero
no fue, porque lo hizo usted. Los hechos concuerdan hay testigos… y un motivo.
-¿Que
motivo?
-Su
esposa estaba empezando a ser un estorbo en los negocios de la familia verdad
(eso era algo que improvise para ver la reacción del señor Sobieski)
-¿Y
usted como sabe que mi mujer me era un estorbo para mis negocios?
-No
lo sabía pero usted me lo acaba de decir. –Le dije con una sonrisa que no pude
evitar evocar, la estupidez humana siempre es ayudante en casos como este.
-Pues
si era un estorbo pero no por eso e de matarla.
-Si,
cuando estaban a punto arruinarse, por culpa del vicio al juego de su hermano
Igor.
-¿Sabe
quien es la segunda persona?
-Si.
-¿Quién?
-¿Por
qué cambia de tema?
-Elena
¿no?
-Si.
-Lo
sabia mi pequeña Elena siempre fue muy lista.
El
señor Sobieski empezó a contar toda la historia, pronto fue detenido y Patrick
y yo nos fuimos de Varsovia. Y así es como resolví con existo otro caso. Mi
hermano Patrick investigó a Igor, y sabía que tenía enormes deudas de juego.
Las empresas familiares peligraban por ello, y la titular de la fortuna era la
señora Sobieski no su marido, y ella no estaba dispuesta a consentir más vicios
de su cuñado. Quería cerrarle el grifo a todos los de la familia incluido su
marido, pero el señor Sobieski sabía que si ella moría el titular de la fortuna
seria él. Y por eso la mató.